Soy mamá y no quiero callarlo. Estoy cansada de ir a cualquier lado y que me vean de una manera distinta de lo que soy, de lo que conforma mi identidad.
Quizás esta idea se ha convertido en mi mayor lucha desde tu partida hace un año, el hecho de que realmente nos reconozcan como madre e hijo. No deseo que el silencio nos consuma con el paso del tiempo, reconozco que eres parte de mí y yo de tí, que eres mi orgullo a pesar de las circunstancias.
Reconozco día a día que soy mamá de una diferente manera, ya que mientras muchas mamás aman a sus hijos y los conocen, yo te amo sin conocerte. Mientras ellas los abrazan, yo te abrazo con mis pensamientos, mientras ellas les cantan y arrullan, yo te canto con el corazón y te arrullo con mi amor, mientras ellas pueden disfrutar de una sonrisa tierna en las mañanas, yo imagino la tuya a diario, mientras ellas disfrutan las primeras palabras que articulan sus hijos, yo escucho al viento con atención imaginando que es tu voz, mientras muchas mamás abrigan a sus pequeños en las noches, yo abrigo mis recuerdos con fervor por que es lo que tengo de tí.
Mientras muchas mamás viven los primeros pasos, yo aprendo a volar. Mientras ellas presumen de sus logros, yo pienso que Darien ha logrado mucho más que el de ellas, a pesar del dolor que me cause reconocerlo. Mientras muchas mamás lloran porque sus hijos continúan su camino, yo he aprendido de una manera poco convencional a dirigir nuestros caminos dándole otro sentido a la vida, por que yo no aprendo a caminar a lado de él, yo aprendo a volar a su lado, ¡ya que ambos desde un inicio fuimos totalmente únicos!
Escrito por Griselda Hernandez, mamá de Darien.